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¿Por qué los gobiernos no bajan el precio de la luz? La verdad

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🔍 ¿Por qué el gobierno no actúa contra los precios desorbitados de la luz?

El gobierno se enfrenta a múltiples limitaciones para controlar los precios de la electricidad, principalmente debido al sistema marginalista impuesto por la Unión Europea y los compromisos internacionales adquiridos. Este sistema establece que el precio final de la luz lo determina la última tecnología que entra en el mercado para cubrir la demanda, generalmente las más caras como el gas.

Principales obstáculos para la intervención gubernamental:

  • Normativa europea que impide intervenir directamente en el mercado eléctrico
  • Contratos a largo plazo con empresas energéticas
  • Dependencia energética exterior
  • Compromisos internacionales de transición ecológica

Las medidas que puede tomar el gobierno son limitadas y suelen centrarse en reducciones fiscales temporales o ayudas directas a consumidores vulnerables. La modificación estructural del sistema requeriría cambios en la legislación europea y acuerdos entre todos los estados miembros.

El margen de maniobra también está condicionado por la necesidad de mantener la rentabilidad del sistema eléctrico para garantizar las inversiones en infraestructuras y el mantenimiento de la red. Una intervención excesiva podría provocar desinversiones y problemas de suministro a largo plazo.

💰 Los impuestos en la factura: La parte que el gobierno no quiere reducir

Los impuestos en la factura de la luz representan aproximadamente el 45% del importe total que pagamos los consumidores. Esta carga fiscal incluye varios gravámenes que el gobierno mantiene invariables a pesar de las fluctuaciones en el precio de la energía.

Principales impuestos en la factura

  • IVA (21%): Aplicado sobre el consumo total y el resto de conceptos
  • Impuesto sobre la Electricidad (5.11%)
  • Impuesto municipal (1.5% variable según el ayuntamiento)

Aunque el gobierno ha implementado ocasionalmente reducciones temporales del IVA del 21% al 10% en situaciones de crisis energética, estas medidas han sido siempre provisionales. El Impuesto sobre la Electricidad se mantiene constante y supone una carga adicional que se aplica sobre el término de potencia y el consumo.

Los impuestos representan una importante fuente de ingresos para las arcas públicas, recaudando anualmente más de 3.000 millones de euros solo en IVA por el consumo eléctrico. Esta es una de las principales razones por las que el gobierno es reticente a aplicar reducciones permanentes en la carga fiscal de la factura eléctrica.

El sistema impositivo español sobre la electricidad es uno de los más elevados de Europa, superando la media de la Unión Europea. Mientras otros países aplican tipos reducidos de IVA a la electricidad por considerarla un bien de primera necesidad, España mantiene el tipo general del 21% como norma habitual.

🏢 El oligopolio eléctrico: La relación entre las grandes empresas y el gobierno

El mercado eléctrico español está dominado por un reducido número de grandes empresas que mantienen una estrecha relación con el poder político. Las principales compañías que conforman este oligopolio son Endesa, Iberdrola y Naturgy, las cuales controlan aproximadamente el 80% del mercado energético nacional.

Influencia política y puertas giratorias

Un fenómeno característico de este sector es el de las «puertas giratorias», donde antiguos altos cargos políticos pasan a ocupar puestos directivos en las empresas eléctricas. Esta práctica ha generado preocupación por la posible influencia en la regulación del sector y las decisiones políticas que afectan al mercado energético.

Las grandes eléctricas mantienen una importante capacidad de lobby a través de:

  • Presencia en consejos consultivos gubernamentales
  • Financiación de fundaciones y think tanks
  • Participación en asociaciones empresariales influyentes
  • Contacto directo con reguladores y legisladores

La regulación del sector eléctrico ha sido tradicionalmente favorable a los intereses de estas grandes compañías, como se evidencia en aspectos como el diseño del mercado mayorista, los pagos por capacidad o el tratamiento de los costes regulados. Esta situación ha llevado a que España mantenga unos precios de la electricidad entre los más altos de Europa, afectando directamente a consumidores y empresas.

El marco regulatorio actual permite a estas empresas mantener una posición dominante a través de diferentes mecanismos:

  • Control de las infraestructuras de generación
  • Integración vertical del negocio
  • Barreras de entrada para nuevos competidores
  • Acceso privilegiado a información del mercado

⚡ Medidas que podría tomar el gobierno para bajar el precio de la luz (pero no toma)

Reforma del sistema marginalista

Una de las medidas más efectivas sería reformar el actual sistema marginalista de fijación de precios. Este modelo hace que paguemos toda la electricidad al precio de la energía más cara, generalmente el gas natural. El gobierno podría establecer un sistema que refleje el coste real de producción de cada tecnología.

Reducción de impuestos permanente

Aunque se han aplicado reducciones temporales del IVA, una medida estructural sería establecer una reducción permanente de los impuestos que gravan la factura eléctrica. El IVA podría bajarse del 21% al 4% para considerarlo bien de primera necesidad, y el impuesto especial sobre la electricidad podría eliminarse.

Control sobre los beneficios extraordinarios

Las grandes eléctricas obtienen beneficios extraordinarios cuando las tecnologías más baratas (nuclear e hidráulica) se pagan a precio de gas. El gobierno podría:

  • Establecer un límite a estos beneficios caídos del cielo
  • Crear un fondo de compensación para reducir la factura
  • Regular los precios máximos de generación

Impulso real a las renovables

Si bien existe un plan de energías renovables, el gobierno podría acelerar su implementación mediante:

  • Mayor inversión en infraestructuras de almacenamiento
  • Simplificación de trámites administrativos
  • Incentivos fiscales más agresivos para el autoconsumo
  • Creación de comunidades energéticas públicas

🌍 Comparativa: Así gestionan otros países europeos el precio de la electricidad

Francia: Control estatal y energía nuclear

Francia mantiene un sistema donde EDF (Électricité de France), empresa mayoritariamente estatal, controla gran parte del mercado eléctrico. Su modelo se basa principalmente en la energía nuclear, que representa cerca del 70% de su producción eléctrica. El gobierno francés ha implementado un sistema de tarifas reguladas que protege a los consumidores de las fluctuaciones extremas del mercado.

Alemania: Transición energética y mercado mixto

El mercado alemán se caracteriza por su Energiewende (transición energética), con un fuerte impulso a las renovables. Aunque los precios son generalmente más altos que la media europea, el gobierno implementa ayudas directas a familias vulnerables y empresas. El sistema combina operadores privados con una fuerte regulación estatal.

Portugal: Sistema similar al español con matices

Portugal comparte con España el mercado ibérico (MIBEL), pero ha implementado medidas específicas como el mecanismo de protección a consumidores. El gobierno portugués ha establecido una tarifa regulada para pequeños consumidores y ha limitado los márgenes de beneficio de las comercializadoras.

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Italia: Mercado gradualmente liberalizado

Italia mantiene un sistema dual con un mercado tutelado y un mercado libre. El regulador ARERA establece trimestralmente los precios para los consumidores del mercado tutelado, mientras que en el mercado libre las comercializadoras compiten libremente. El país ha implementado bonos sociales para familias vulnerables y pequeñas empresas.

Países nórdicos: Mercado integrado

Los países nórdicos operan bajo el sistema Nord Pool, el mercado eléctrico más antiguo del mundo. Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca comparten un mercado común caracterizado por una alta proporción de energías renovables y una fuerte interconexión entre países, lo que permite una mayor estabilidad de precios.

📊 La verdad detrás del sistema marginalista: ¿Por qué pagamos la energía más cara?

El sistema marginalista es el método utilizado en Europa para fijar el precio de la electricidad, donde todas las tecnologías de generación reciben el mismo precio, determinado por la última central necesaria para cubrir la demanda. Este sistema funciona como una subasta diaria donde las diferentes tecnologías ofertan su energía según sus costes de producción.

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¿Cómo funciona la subasta marginalista?

Las centrales entran en el mercado según su coste de producción, comenzando por las más baratas:

  • Renovables y nuclear (coste más bajo)
  • Hidroeléctrica
  • Carbón
  • Ciclos combinados de gas (generalmente las más caras)

El problema surge porque el precio final lo marca la última tecnología necesaria para cubrir la demanda, habitualmente las centrales de gas. Esto significa que aunque la mayor parte de la electricidad se genere con fuentes más baratas, todas cobran el precio más alto, lo que explica por qué pagamos tarifas elevadas incluso cuando predomina la generación renovable.

La guerra en Ucrania y la crisis del gas han expuesto las debilidades de este sistema, ya que el alto coste del gas natural ha provocado que los precios de la electricidad se disparen para todos los consumidores, independientemente de cómo se haya generado realmente la energía que consumen.

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